Observar no tiene nada de malo,
¿cierto? ¿Cuántas veces al día lo haces? Y no, no hablo de mirar distraídamente
como sueles hacerlo, sino detenerte a mirar algo porque capturó tu atención. No
es malo, ¿verdad?
¿Y
si miras así a alguien?
Es
como cuando vas a sentarte siempre en el mismo lugar. No importa qué día sea,
ni la hora, ni siquiera el clima que azota en ese momento a tu pequeño lugar
especial, estas ahí, observando con atención todo a tu alrededor. Observando
hasta que ella pase por ahí y te sonría.
Porque
ella siempre sonríe, ¿no es cierto?
Y
te gusta que sonría, porque tú sonríes después.
¿Hay
algo de malo en esto? ¿Es malo ir a observar a alguien sólo porque te hace
feliz de la manera más simple posible? Quizá.
Pero
esa sonrisa te alegra. Y te gusta estar feliz. Te gusta esa emoción boba que surge
al instante y como todo lo demás desaparece, sólo con esa sonrisa.
Quizá
sea malo ir a observar. Quizá puede resultar incómodo, extraño o incluso ofensivo para otras
personas, pero tú seguirás yendo a verla.
Y
no te cansarás de ella jamás.
¿O sí?
Título de una canción de Panic! At the Disco