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04 marzo 2021

Reflections

“Discipline myself to let the sparks die out, shattering anything that has reflections of you.”
Misterwives


Como persona que siempre tuvo dificultades para recordar, aprecio en demasía esas pequeñas cosas que me llevan a momentos o a personas específicos. La más comunes son las canciones: aquellas que engloban circunstancias particulares de momentos que me agradaron ―o desagradaron― y que, al escucharlas, me hacen revivir el momento y la emoción. Otra de esas cosas son las fotografías; cuando era más joven, siempre llevaba una cámara conmigo para tratar de capturar tanto momentos especiales como aquellos banales que llenaban mis días. Ahora mi carpeta de imágenes en mi computadora está a rebosar de fotos que he almacenado por más de diez años. Finalmente, algunas frases de libros que he leído son otra manera de evocar sentimientos y memorias.

    No puedo evitar pensar en un personaje de un libro llamado Struck by Lightning. Aunque es una sosa historia coming-of-age, dentro de la trama se presenta a Malerie, la amiga del protagonista, quien siempre carga con una cámara de video y filma todo lo que le sucede. En un punto de la historia, Carson ―su amigo― le pregunta por qué hace eso y que si realmente vale la pena recordar todo, a lo que ella responde que sí. Malerie argumenta que, si bien hay cosas tanto buenas como malas en su vida diaria, al reproducir sus grabaciones puede saltarse las últimas. Sobra decir que esta es una de mis partes favoritas.

    Sin embargo, es inevitable pensar en si realmente quiero recordar todo. Uno de mis grandes temores ―tal vez incluso el mayor― es el de perder la memoria de alguna manera. Mi abuela en sus últimos años de vida presentó síntomas de demencia donde no reconocía a su propia familia, y esto me espantó. Eso, aunado a mi propia mala capacidad para recordar, hacen que quiera almacenar lo más posible de recuerdos y todavía así fallo en recordar cosas importantes. Es frustrante y, a raíz de eso, es que opté por tratar de asociar eventos con canciones, de coleccionar frases relevantes y de tomar fotos al por mayor.

    El convivir con ciertas personas y asociarlas a cosas es algo que hago con frecuencia. No es sorpresa que, cuando percibo alguna de esas cosas, recuerdo a dicha persona. Esta canción me recuerda a Fulanito, A Sutanita le gusta mucho esta película, Ese es el color favorito de Perenganito… Siempre me acuerdo de alguien con algo y es irritante cuando tienes que evitarlo. Es peor cuando ese alguien fue un eje importante en tu vida.

    ¿Se han detenido a pensar cuántas cosas te recuerdan a una persona que en su momento fue especial? Todo. And it sucks. Desde cosas muy específicas, como aquello a lo que esta persona era fanática, hasta momentos triviales que por alguna razón tu memoria decidió almacenar. Si esa persona estuvo contigo por años, la cantidad incrementa ridículamente. En mi caso, basta con decir que incluso a una persona en específico la recuerdo con una ciudad entera. ¿Cuántas cosas hay en esa ciudad y cómo todo lo relacionado con ella me recuerda a esta persona?

    Entonces llega este debate. ¿Qué vale la pena recordar? Shattering anything that has reflections of you no suena viable ―por mucho que ame esa línea― y menos si toda la vida me concentré en recordar. Más que imposible, simplemente no me atrevería. Contrario a lo que puede parecer, trato de rescatar lo positivo de todo e, incluso si apesta que muchas cosas te recuerden a alguien, pienso que es justo conservar aquellos fragmentos felices porque en su momento te hicieron sentir algo. Quizá por eso siempre he odiado la idea de los exes que se echan tierra después de terminar o la de los examigos que terminan ignorándose. Si algo te trajo dicha en su momento, ¿por qué habrías de dejarlo ir como si nunca hubiese existido? No digo que debas quedarte atascado o que evites romper lazos que ya no son productivos, sino que simplemente lo aprecies y no te conviertas en una persona que ahora habla mal de quien, en su momento, disfrutaste.

    En fin. Siempre que escribo mis cosas siento que apenas estoy descubriendo los hilos negros de la vida. Sé que esto ya lo tiene figurado mucha gente y que pueden refutar mis ideas. Tal vez es mejor no recordar. Tal vez no es malo hablar pestes de tu expareja. Tal vez hay gente capaz de destruir todos esos reflejos de otros. Yo no lo soy y, como Malerie, trataré de conservar lo bonito de todo.