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14 julio 2017

Butterflies and Hurricanes

Para Marruffo, con doble fu.
 
El dicho popular menciona que el aleteo de una mariposa puede originar un huracán del otro lado del mundo. Honestamente desconozco por completo cómo funciona esto, pero sé que describe la relación entre dos sucesos aparentemente aislados, y cómo una pequeña alteración puede modificar todo.
Algo bueno de mi vida es que puedo afirmar que tengo a mi propia mariposa: la conocí hace años y, he de decir, me desagradó a primera vista. Ni siquiera estoy seguro por qué. Pero detrás de ese desagrado se escondieron un interés y una imperiosa necesidad de conocerla. Y lo hice. Conocí los vivos colores de sus alas, y el dulce sonido que generaba al aletear. Y quería verla volar alto, sin obstáculos. Quería verla revoloteando libre y que sus alas iluminaran el cielo a su alrededor.
 Siendo romántico y optimista diré que fue cosa del destino. Ambos encajamos de una manera ideal, tanto que parecía que nos conocíamos de toda la vida. Nos volvimos inseparables. Y planeábamos volar a todos lados juntos, pero no sucedió.

Aunque no fue al otro lado del mundo, el aleteo trajo consigo un huracán: una serie de sucesos de los cuales no hay ni un ápice de orgullo. Una tormenta que impidió ese deseado vuelo y que separó nuestros caminos. Ese huracán originó caos, pero citando a Saramago: El caos es un orden por descifrar.

Los años han pasado ya y creo que lo descifré. Mi mariposa sigue volando por ahí. Yo, con la emoción de un entomólogo, quisiera presenciar la majestuosidad de su vuelo, y acompañarla en su viaje, pero aún soy una oruga que espera a sus alas. Quizá ese momento nunca llegará. Quizá sólo deba esperar un poco más. De cualquier modo, estaré aquí, y soportaré tantos huracanes como sus alas provoquen, porque es la mejor mariposa que en la vida encontraré.

Título de una canción de Muse.